Hablar del clítoris es indefectiblemente referirse al goce. Sin embargo, la visibilización de este órgano fundamental para el placer de las personas con vulva no siempre estuvo presente.

Durante mucho tiempo toda referencia a la sexualidad evitó al que hoy se denomina el órgano de placer femenino por excelencia, lo cual desembocó, entre otras cosas, en un profundo desconocimiento y, en consecuencia, en la privación del placer.

Romina Barraza, médica sexóloga clínica y educadora en sexualidad humana (en Instagram, @drabarrazasexualidades), celebró que “por fin se le esté dando al clítoris el lugar que le negaron históricamente”.

“Siempre se habló de la vagina como el órgano sexual de las mujeres. Hoy sabemos que en realidad es simplemente un canal que comunica el orificio de salida con el útero. La vagina es un conducto, nada más”, aseguró la especialista.

En la misma línea, la “divulvadora” Tati Español, autora del reciente libro Todo sobre tu vulva. Apuntes sobre el placer (Planeta) explicó que “hay una tendencia a visibilizar el clítoris, su función y sobre todo el placer de las personas con vulva. Es una tendencia bastante grande que se da a partir de los feminismos, los avances en independencia sexual que hemos planteado y donde se está facilitando (muy de a poco) el acceso a la información”.

Si bien aclaró que aún queda mucho camino por recorrer, destacó el fin de la era donde “la información sobre nuestro clítoris no existía, no figuraba o era completamente prohibida”.

Más allá del coitocentrismo

La visibilización del clítoris vino a derribar la mirada coitocentrista de la sexualidad. Según Barraza, aproximadamente el 80% de las personas con vulva no llegan al orgasmo únicamente con penetración, lo cual está directamente ligado a la estimulación del clítoris.

La médica recalcó que “se está ampliando la mirada y estamos entendiendo que la sexualidad es mucho más que el coito”.

Ese modelo que sólo tiene en cuenta la penetración pene-vagina, dijo Barraza, tiene numerosos efectos colaterales: por empezar, incluye únicamente a las relaciones heterosexuales. Pero, además, no tiene en cuenta al clítoris, ni a la lubricación ni al placer de la mujer.

“Tenemos que corrernos de ese lugar que nos ha hecho tanto mal, que nos ha traído tantos mandatos a todos los géneros y nos llenó de culpa”, sostuvo.

Y añadió: “Nos estamos permitiendo conocernos más, conocer y disfrutar de nuestros cuerpos y liberarnos de esas exigencias que nos impone la cultura, en particular la cultura del porno”.

Para Tati Español, si bien “seguimos viviendo en una sociedad sumamente falocéntrica, en estos últimos años empezó a circular un poco más de data. Al corrernos de la idea de que hay un único modo de gozar empezamos a pasarlo mucho mejor y a conectarnos con el placer, con lo que nos gusta, con lo que queremos y no con lo que nos dicen que nos tiene que gustar”.

¿Gozar es tan diferente al dolor?

“El clítoris tiene alrededor de 8.000 terminaciones nerviosas extremadamente sensibles” , explicó Barraza. En base a esa sensibilidad, y “ya sea que lo estimulemos con las manos, con la boca, con la lengua o con un vibrador, siempre es importante ir de a poco, que sea la persona que está siendo estimulada quien vaya midiendo esa velocidad y esa presión que se ejerza sobre el clítoris”.

La sexóloga destacó que teniendo en cuenta que el placer y el dolor viajan por la misma vía neuronal, hay una línea muy delgada entre ambas sensaciones. En ese contexto, instó a tratar al clítoris “como algo frágil y empezar con suma delicadeza”.

Pero sacar al clítoris del clóset trajo consigo un nuevo riesgo, señaló Español: “Una cosa es la visibilización, la información, la conciencia del placer que podemos llegar a tener a partir de tener data; y otra cosa es que de golpe haya un mandato muy grande para que el placer pase por ahí”.

Tati hizo hincapié en la importancia de no generalizar: “Somos todes úniques y cada persona tiene su propia sexualidad y sus modos de gozar”. “Hay un montón de gente a la que el placer le pasa por el clítoris (la gran mayoría de las personas con vulva), pero también hay un pequeño porcentaje de gente que no encuentra el placer de ese modo”.

6 apuntes sobre el clítoris (y más)

A modo de sugerencia, Romina Barraza recomendó:

- Mirarnos la vulva en el espejo, reconocer sus partes, tocarlas de manera exploratoria, acariciarlas (en lo posible con algún gel o aceite para que el tacto sea más amable). Conocer nuestros genitales y nuestro cuerpo es la clave para sentir placer y disfrutar de la sexualidad.

- Más allá de la posición o de la práctica que estemos realizando, continuar estimulando el clítoris con la mano, con un vibrador, con un succionador o con lo que sea, para seguir manteniendo altos los niveles de excitación y de placer.

- Esto se tiene que enseñar en las escuelas, ya que es parte de la ESI. También en las casas, hay que hablar del clítoris como una parte más del cuerpo.

En tanto, Tati Español sugirió:

- Tener en cuenta que todo nuestro cuerpo puede ser erógeno, erótico y estimulable.

- Experimentar e ir despacio: de modo lento uno puede frenar y recapacitar sobre lo que está haciendo.

- Preguntarle a la otra persona qué le gusta, explicar qué nos gusta y qué no queremos.