El especialista Adrián Acuña nos comenta qué hacer para contrarrestar los efectos dañinos de las condiciones climáticas estivales sobre tu pelo.

1. Adaptar el lavado

Para el lavado diario de verano, el champú debe contener ingredientes suaves, aunque con suficiente poder limpiador para arrastrar los restos de agua de mar, de piscinas y arena y no dañar la película protectora.

Siempre debe aplicarse con agua templada, a 36°. Colocar una pequeña cantidad de champú en la palma de la mano para repartirla posteriormente sobre el cuero cabelludo únicamente. Sin frotar el largo del cabello. Con el enjuague, se barrerán del largo el resto de los contaminantes.

En cuanto a los acondicionadores y máscaras, deben ser hidratantes, nutritivas y protectoras. Su función será hidratar, mantener el peinado y aportar volumen y cuerpo. Además de eliminar la estática. La forma de aplicación: sobre el largo del cabello, dejar actuar 5 minutos, y enjuagar con abundante agua.

2. Espaciar el uso de secadores, planchas y bucleras

Estos aparatos son una agresión extra para el cabello en esta época. Si es imprescindible, nunca aplicarlos con el cabello totalmente mojado (conviene utilizarlo una vez que el pelo esté aireado, para darle forma final al peinado).

Más cuidados: preferentemente usar difusores o aire frío. Para hacer un brushing, pasar la planchita o buclera, es vital aplicar un protector térmico. Estos tienen la capacidad de adosarse a la queratina de la cutícula, mejorando las imperfecciones y los defectos estructurales hasta el siguiente lavado.

3. No cepillar el pelo cuando está mojado

Lo apropiado es utilizar un peine de púas bien anchas o de doble hilera (anti-enredos) para peinarlo con suavidad y evitar romperlo. Cuanto más húmedo está el cabello, mucho más débil y frágil.

4. Sumá gorros, pañuelos y sombreros...

Para protegerlo del sol y evitá los peinados demasiado tirantes, porque hace que el cabello se quiebre con mayor facilidad.

5. Tratá de llevar el pelo recogido hacia atrás

Para cubrir la raya al medio para evitar una completa exposición de las fibras y proteger la piel del cuero cabelludo. Siempre enjuagá con agua dulce el pelo al salir del mar o la piscina y reaplicá el protector solar para el cabello.

6. Evitá el botox capilar, el alisado o la queratina

Si pensás que este tipo de tratamientos son efectivos para que el cabello no sufra, ¡estás equivocada! Cualquiera de estos procedimientos son muy perjudiciales (y de los que más daño le generan al pelo), ya que modifican su estructura, rompiéndolo en muchos casos. Los efectos nocivos se notan pasado el verano, y muchas veces el daño es irreparable.

7. A la hora de teñirte, recordar...

Que el sol tiene una acción decolorante sobre el pelo y sin protección lo aclara por lo menos un tono. Ese aclarado que te parece tan lindo en verano es, nada más ni nada menos, que la oxidación de las fibras.

8. Sumale a tu rutina de cuidado capilar un producto con propiedades reparadoras

Sobre todo, un protector solar que contenga filtros UVB, anti-radicales libres y activos nutritivos e hidratantes para proteger la pérdida de color y minimizar los daños estructurales y estéticos que las radiaciones ocasionan en el cabello. Entre los ingredientes estrellas de estas fórmulas, están el ácido hialurónico y la vitamina E. Otro punto para tener en cuenta es que el filtro solar adecuado para proteger las fibras debe tener KPF, Keratin Protection Factor. Esto significa que no alterará su brillo ni le brindará excesiva oleosidad. El thermoprotector se coloca justo antes de ir a la piscina o playa -no requiere 1 hora previa como el de la piel-, y se vuelve a colocar al salir del mar o de la pileta, previo enjuague con agua dulce. También después de los lavados, es ideal como protector antiage humectante para todo el día.

Asesoramiento: Adrián Acuña, Director del Instituto del Cabello y presidente del Grupo Latinoamericano de Tricología. www.institutodelcabello.org IG @adriantricologo